periodismo cultural y nueva obra

SUMARIO                                                                                                

 

 

__ CLIMA DE AULA: UN ENFOQUE NEUROEDUCATIVO

    

 

 

__ 4 TEXTOS DE SUSANA PÁEZ

     

 

 

__ INTRUSOS. El dato sustancial de la vida privada

    

 

 

__ EL INFIERNO SON LOS PARIENTES. Conversación con Felipe Polleri

    

 

 

__ LOS GOZOS Y LAS SOMBRAS. Ilustraciones de Marcelo Carretto

    

  Nº 1 - febrero de 2018

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 El pan de los locos                  

 Buceo Invisible

 

Fueron toda una revelación con su primer disco y confirmaron atributos en el segundo, pero su tercera producción dio señales de un cierto extravío creativo. La reivindicación no llegó en este, su cuarto trabajo. ¿Se adormeció el ingenio, o las almohadas de los laureles resultaron ser muy acogedoras?

Booktubers        

 

 

    EL LIBRO REINVENTADO

 

 

 

Todos los nuevos hechos sociales se hacen desde la nada y cuando llegan a tomar existencia a fuerza de crecimiento y popularidad, la gente comienza a preguntarse ¿cómo sucedió? ¿de dónde salió esto?

El fenómeno booktuber se inscribe en esa lógica explosiva: hasta hace un tiempo no era siquiera una posibilidad y ahora, la web esta poblada de jóvenes comentando libros, por el puro placer de compartir sus gustos personales con un séquito grande de seguidores que se interesan en sus opiniones. Hasta hace poco se temía que el libro llegara a desaparecer por el avance avasallante de las nuevas tecnologías informáticas, y se aseguraba que los jóvenes no habían generado el hábito de la lectura seducidos por la cultura de la imagen.

De pronto, el libro vuelve a ser un centro de interés y montones de jóvenes se sumergen en sus páginas, comparten sus gustos con otros, y hacen casi un oficio del juego de filmar un vídeo con sus reseñas, que luego suben a internet.

 

LA SED Y EL AGUA

 

Con la extensión del uso de cámaras de vídeo digitales y el surgimiento de la plataforma Youtube, se hermanó la necesidad con la herramienta nueva. Los jóvenes tenían a mano la tecnología para producir un filme y un lugar donde publicarlo y entonces, se volvió afición subir vídeoblogs informativos, de humor, o de opinión sobre los más diversos temas, en canales de ese portal audiovisual. A los que realizaban esa actividad se los llamó Youtubers y entre sus producciones, los vídeo hauls evidenciaron las apetencias por exhibir las últimas compras de ropa realizadas. De allí a mostrar los libros recientemente adquiridos, restaba sólo un paso.

En esa nebulosa de los orígenes es difícil definir con precisión el momento y el lugar en que el fenómeno se inicia, pero todo apunta a que los primeros comentaristas de libros asomaron la cabeza en el año 2013 en los países anglosajones, y que la tendencia se trasladó con rapidez a México y España primero y a países como Argentina y Chile después.

Los primeros booktubers uruguayos son los hermanos Manuel, Felipe y Serafín Muguerza. No tenían más de catorce años cuando en 2014, colgaron los primeros vídeos en su canal Brothersreader, hoy inactivo.

 

DETONACION

 

“Había momentos en los que vos realmente sentías la tensión de las situaciones, porque se les está derrumbando el mundo literalmente, el mundo a sus pies” -relata con un toque de emoción Byimpactada, reseñando un libro que por lo que se percibe en su rostro y en las inflexiones de su voz, ha conseguido tocar sus fibras más íntimas.

 

    

Ella es una de las tantas booktubers uruguayas que sube vídeos con regularidad, en medio de un sinnúmero de otros que -como Universo Lula, Cronista de Libros, Jimy the Young Reader, Melanie Sanz, Hija de Papel y Tinta, Elías Benelli, Sarah CB, o Julieta Bocchi- han poblado la red de manera súbita.

La cámara se enciende y con la ausencia de todo libreto, se expresan a pura espontaneidad, como si estuvieran haciendo el bloque cultural del informativo de televisión, como si fueran presentadores. Lo central es reseñar los libros que les han gustado, pero también producir vídeos hablando sobre aquellos que les gustaría leer, o haciendo la recopilación de textos que han pasado por sus sentidos en el último mes, modalidad a la que ellos llaman wrap up. Las variantes son múltiples e incluyen la producción de audiovisuales con cursos y consejos para ser booktuber, la realización de juegos denominados booktags -donde se hacen preguntas sobre libros-, y de vídeo conferencias en vivo con conversaciones entre varios usuarios llamadas hangout.

Los textos que comentan son de variada índole pero sus preferencias, que pertenecen al territorio de la literatura juvenil, en general son compartidas por los seguidores, casi como una seña generacional. Una lista que brinde algunas pistas sobre las lecturas juveniles, debería incluir títulos como “Heima es hogar en islandés” de Laia Soler, “El mundo es azul” de Albert Espinosa, “Bajo la misma estrella” de John Green, “Harry Potter” de J.K.Rowling, “Los juegos del hambre” de Suzanne Collins, “Hate list” de Jennifer Brown, “Sueños de piedra” de Selene Pascual, “El cuento número trece” de Diane Setterfield , o “Muerte de un superhéroe” de Anthony McCarten.

“Mis gustos son muy amplios, pero lo que más me agrada leer es fantasía. Dentro de la literatura juvenil las mayores publicaciones se están dando en la vena romántica y aunque yo no he leído muchos de esos libros, tengo que decir que los pocos que tuve entre en mis manos me gustaron” puntualiza Elías Benelli.

 

                    

Un clásico intemporal como “El principito” también está entre los preferidos de algunos jóvenes, y algunas reseñas sobre libros raros para esta generación como “Historias de cronopios y de famas” de Julio Cortázar o “Mi planta de naranja lima” de José Mauro de Vasconcelos, pueden verse entre la multitud de reseñas.

“Creo que cada uno lee lo que le gusta y aunque siempre hay cosas que se ponen de moda, como nunca me guíe por ellas, elijo leer aquellas que disfruto. Y no te voy a mentir: que mis suscriptores disfruten del mismo libro que leí o que les de ganas de leer algo que yo recomiendo, es genial. Al fin de cuentas es el motivo por el que hago esto: compartir mis lecturas”- afirma Byimpactada.

Entre ellos reina un espíritu de fraternidad y además de tener una cuenta en común en facebook (Booktubers Uruguay), suelen ver la producción de sus colegas y no tienen problemas en ponderarla si lo consideran necesario.

“Yo veo muchos booktubers de todas partes del mundo pero especialmente veo los de Uruguay, porque creo que es muy importante apoyarnos entre nosotros para que esta comunidad siga creciendo. Mis booktubers favoritas de Uruguay son Universo Lula y Cronista de Libros, las más activas subiendo vídeos y las que siempre están incentivando a la gente a que se sume a la comunidad” -dice Elías Benelli.

Entre la llegada de nuevos comentaristas y la creciente cantidad de seguidores, el vigor del fenómeno se sostiene. Mientras que el booktuber más popular de España tiene alrededor de treinta mil suscriptores en su canal y el de México anda en el entorno de los veinte mil, en Uruguay esa cifra se sitúa en no más de quinientos seguidores. Byimpactada confiesa tener apenas 350, cantidad que es la normal para cualquier comentarista que en Uruguay, mantenga una actividad permanente. Universo Lula constituye la excepción a la regla con cerca de 600 seguidores.

Que tantos usuarios en tantos lugares estén buscando opiniones sobre libros, avisa a la industria editorial sobre la existencia de una franja de mercado con potenciales compradores. Nada mejor entonces, que hacerles llegar a los booktubers los últimos materiales publicados para que los lean y los reseñen en sus canales.

“Por fortuna tengo la suerte de colaborar con Penguin Random House y con Santillana. Tanto otros booktubers como yo estamos en la lucha constante por conseguir más colaboraciones porque las disfrutamos mucho y nos da la posibilidad de abrir el mercado en Uruguay y de mostrar variedad de títulos y autores”– cuenta Byimpactada.

Claro que esto no le sucede a todos. Elías Benelli hace poco que sube audiovisuales a la red y aún no es lo suficientemente conocido como para que alguna editorial le proporcione textos recién publicados, pero los que tienen un historial y un buen número de seguidores, ya no necesitan desembolsar tanto dinero para hacerse de los libros, y hasta es seguro que cuentan con más material de lectura que el que tendrían, si sólo dependieran de lo que sus economías les permiten comprar.

 

                                     

 

CIRCUITO

 

Así como las casas editoras de libros eligen trabajar con ellos proporcionándoles material, las ferias del libro que se organizan en distintas ciudades los convocan a participar para que den charlas sobre la nueva tendencia que representan. De esta forma generan un nuevo interés para que las ferias sean visitadas, y atraen seguidores que quieran conocer y ver en vivo a los reseñadores de libros más famosos.

Los booktubers también se benefician participando de las ferias porque se ponen en contacto con personas, ganan en popularidad y hasta pueden llegar a publicar sus propios libros, como está planificado que suceda a la brevedad en Argentina con una edición conjunta de clásicos reversionados a cargo de 5 booktubers.

Esa retroalimentación genera un circuito de varios actores que hasta incluye al MEC con la realización de un concurso de booktubers que ya va por su segunda edición. Organizado en tres diferentes categorías, en 2016 los galardones se los llevaron Luana Delgado, Universo Lula y la salteña Nazarena Pereira.

 

MAS QUE RESEÑAS

 

Quien se detiene a observar el audiovisual de un booktuber, enseguida toma nota que no sólo está en juego la recomendación del libro que prefieren y el intercambio con sus colegas y seguidores; que lo único no es leer y leer libros y adquirir una cultura y estar al tanto de lo que produce la industria editorial y montar ese juego/oficio de la reseña. Además está la puesta en escena y la forma de plantarse y el manejo de la gestualidad, que muestra la simpatía envidiable que muchos de estos chicos poseen y sus condiciones naturales para estar frente a cámaras.

Y está la oralidad también, la construcción de un discurso que acaso adolezca de la solvencia para constituirse en una sola secuencia, pero que acaso también, es algo que necesita y puede ser desarrollado. Por lo pronto tienen una frescura a prueba de balas, y los errores que cometen mientras hablan los subsanan cortando y pegando.

“Trato de ser lo más natural posible” -dice Hija de Papel y Tinta, pero si la falla es muy evidente, se decide por una edición para emprolijar el audiovisual. Elías Benelli también elimina las partes en las que se traba al decir cosas o en las que se queda en blanco porque según cuenta, “eso hace que el vídeo sea más dinámico, más rápido y menos aburrido de ver”. Para Byimpactada, este mecanismo de producción del audiovisual que revisa lo realizado, quita lo que sobra y reconstituye, es también una condición necesaria.

“Intento ser siempre espontánea porque es como soy. No escribo mis reseñas ni preparo un guión, y al no memorizar las cosas, a veces tengo que parar para organizar mis ideas. Si no editara, mis vídeos durarían cerca de dos horas”- comenta entre risas.

 

Leonardo Scampini

 

Publicado en alguna edición del suplemento Quinto día del diario El Telégrafo, Paysandú

 

 

 

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      SUSANA PÁEZ: 4 TEXTOS

 

 

I

 

La noche se arrastra detrás de un maullido intranquilo al que persigue un gato pardo

como todos los gatos por la noche. Sólo de noche los gatos son gatos. El largo

maullido trepa al álamo plateado, pardo de noche, como todos los árboles y

todos los gatos que ondulan detrás de su maullido que silencia grillos.

Los motores tiemblan de miedo ante las estrellas que observan al gato, pardo

como todos en la noche y el maullido que se arrastra hasta el silencio que anhelo.

 

 

II

 

El silencio aúlla como mil sirenas

golpea, taladra, estalla, martillea.

El aire pesa tanto, lápida y plomo

asfixia, estrangula, congela y quema.

La oscuridad lastima pupilas insomnes.

El agua arrastra, engulle,

fétida marea.

La sombra me acerca su mano extendida

el silencio ríe y suelta la mía

se posa en mi cabeza, empuja hacia el fondo.

El silencio ríe, mil hienas lascivas

mientras llego al fin

esperan

salivan

 

 

III

 

Tu traición llama venganza

tu piedra, mi puñal

cobardía, pena ajena

puto router sin señal.

Silencio llama traición

venganza escupe veneno

grisura del temporal

sal en la llaga

alfilerea tus ojos

Danzo mi danza homicida

perro del infierno

te espera al final.

 

 

IV

 

Una mañana no abriré las ventanas

puede que nadie lo note

después alguien me necesitará

no responderé

romperán la puerta

y sobre la cama

o en el piso

hallarán mi cuerpo sin ojos

un maullido ansioso y famélico

contará la historia.

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Marcelo Carretto

 

   

   LOS GOZOS Y LAS SOMBRAS

 

 

 

       

 

 

                

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

                                                                           

 

 

 

 

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Con Felipe Polleri

 

EL INFIERNO SON LOS PARIENTES

 

Hace ya algún tiempo, Felipe Polleri dejó de ser un escritor casi subterráneo para alcanzar un estatus prácticamente de culto. Su nombre sonó primero en Uruguay, pasó a Argentina por fronteras más permeables que lo que los gobiernos desean, y está siendo publicado en España y México. Ya conoció traducción lusa e italiana, y lo mejor está por venir.

La obra de Polleri se asienta sobre un pequeño arsenal de tópicos, desde y hacia los que el autor dispara su munición, a veces descontrolada, de crueldad y sarcasmo.

La vida familiar (Criatura, 2016), colección de cuentos que abrevan o se construyen desde las relaciones de parentesco o la falta total de ellas, es un trabajo en el que el mejor Polleri muestra los dientes, en sonrisa o amenaza.

La monstruosidad de sus personajes y su aberrante parecido con la realidad se acentúan todavía más con el filoso estilo de Polleri, un tipo que escribe con escalpelo.

En La vida familiar hay de todo, menos excusas. Para el autor, el deber del escritor es "contar sinceramente, con todas las exageraciones y deformaciones", su propia versión de las cosas, "que no necesariamente es la verdad".

La única ética del escritor, dice Polleri, es ser sincero con su experiencia vital. Lo demás, si lo hay, es una cuestión de estilo.

 

Pasaste de ser un escritor under hace algunos años a ser un autor de culto, acompañado de ediciones y ventas...

 

No sé si se vende lo que escribo. No quiero ni saber. Pero sí me pagan. Como todas las cosas, es poco a poco. Me llena de alegría, por supuesto. Ver que te editan en otros países son mimos. Y mucha gente contribuyó para eso.

 

Es como decir que no estabas tan equivocado...

 

Yo nunca pensé que estaba equivocado.

 

No escribís por dinero...

 

No, para nada.

 

¿Y por qué escribís? Se dice que siempre estás escribiendo el mismo libro... ¿Hay algo de eso en tus libros, donde se repiten los mismos demonios?

 

Pienso que sí. Que hay ciertas cosas que me obsesionan y que siempre están volviendo. Eso del mismo libro ya se convirtió en una especie de lugar común. Lo que pasa es que cuando vos tenés un estilo muy definido, y tus temas son más o menos los mismos, pasa eso. Si fuera por dinero vendería chorizos. Nadie escribe por dinero, menos en Uruguay. Es una vocación que tuve siempre, que fui desarrollando con los años. Lo primero es escribir. Un escritor es un tipo que escribe libros en su casa, si tiene. Después pasan las otras cosas, que son otro momento.

 

¿Cuánto trabajo desechaste antes de ser escritor?

 

Muchísimo. Muchísimo. Mis libros parecen chicos, pero hay un laburo de tirar y de corregir. Siempre escribo así (hace un gesto de abrir los brazos) y publico así (junta el índice y el pulgar). Siempre hay un laburo de decantación. Además siempre estoy escribiendo, y tiro mucho. Todo lo que no me parece que ayude al libro se tira. Y si no se tira, se aparta para sacar algo. Rescatar una frasecita que puede servir en otro contexto. Corrijo mucho, pulo mucho. Cuando doy un libro es porque estoy convencido. Siempre se podría seguir, pero llega un momento en que tenés que decir "bueno, se acabó". Si no, podría estar una vida perfeccionando el mismo libro. Mi idea siempre fue que por negligencia, un libro, no. Mis errores son mis errores, naturales como escritor. Mis defectos, mis limitaciones. Pero nunca la negligencia, nunca por no trabajar. Vos vas viendo el libro como un objeto.

 

¿Un libro publicado o un libro en progreso?

 

Un libro en progreso. Lo vas mirando desde diferentes ángulos. ¿Qué más se le puede sacar a esto? ¿Qué le faltó? ¿En qué no profundicé? Yo trabajo así. Hasta que no puse todo lo que podía poner, ese libro no lo doy.

 

¿Y hay un tema antes de empezar un libro?

 

No. Es lo que va pidiendo. Yo me siento sin una idea en la cabeza. Sé que todo lo que escriba, a esta altura del campeonato, se va a unir a mi espalda, porque es mi estilo, mi manera, sale de muy adentro. Todo lo que sale de ahí, de alguna manera, va a estar relacionado. Por eso guardo cosas, porque me pueden servir. En el caso de La vida familiar, que los cuentos tienen como tema común la familia, ¿Los textos son contemporáneos o salieron de archivos guardados? No. Alguno, algún pedacito salió de algún lado, pero la mayoría son de ahora. Lo que pasa es que el proceso es largo. Un cuento capaz que sale rápido, pero por ahí tiene algo que se te había ocurrido hace diez años. No es una cosa tan cronológica. No es "terminé otro libro y agarro este". Sí, empiezo con este, pero siempre hay cosas que viste, que te interesaron, y que vienen rebotando desde tiempo antes, y que nunca encontraron su lugar. Ideas, hasta bromas. Yo siempre jorobo con que hay que darle un departamento del Uruguay a los palestinos, y otro, alejado, para que no se peleen, a Israel. Así poblamos el campo y arreglamos un gran problema internacional. De esa idea nació uno de los cuentos ["Un viaje con mis padres"], donde le vendemos a Japón una parte de Tacuarembó para que traigan a las víctimas de Hiroshima. Con eso quiero explicar cómo, a veces, una idea, un comentario, te sigue rebotando en la cabeza hasta que nace un cuento. Esa boludez la dije durante años, y se me ocurrió a mí como se le podría haber ocurrido a 500 más. Ese proceso lento, que siempre está maquinando, también se refleja en la obra.

 

Me llama la atención que tus relatos, sin excepción , son crueles, tremendamente crueles, pero los salva, por usar una palabra que seguramente está mal empleada, el humor negro. ¿Es deliberado?

 

Pienso que cuando estás satirizando exagerás las cosas hasta el absurdo. Lo que yo pienso de la familia, y el libro La vida familiar, son dos cosas muy distintas. Ahí me estaba planteando, inconscientemente, un tema que me estaba rondando. No es que le haya agregado humor. Mientras lo escribía me reía de los dislates. Yo no lo tenía pensado así. Me siento y, si sale, bien, y si no, a dar vueltas alrededor de la mesa hasta que sale.

 

No sos el tipo que cuenta chistes en los asados...

 

No, no soy nada gracioso. Si tengo algo de gracia, es humor negro. Es el que me sale. Sí soy un tipo bienhumorado, no soy mala onda. Me revienta la mala onda. Hago chistes, chistes chotos, pero en el acto de escritura el inconsciente entra mucho. Estás muy abierto, muy poroso. Y muy libre. La literatura es el lugar de la libertad. Entonces surgen estas cosas con naturalidad.

 

¿Te ponés algún límite para eso?

 

No, dejo pasar todo. Pero el placer estético es parte del asunto. Si no sería una catarsis.

 

¿No creés en la escritura como catarsis?

 

No, solo como catarsis no tiene sentido. Sí te sirve para vos, pero tenés que tener presente que estás comunicando. No me imagino qué receptor puede tener la simple catarsis. Sé que lo tiene, ahora lo sé. Antes no lo sabía. Pero siempre aspiré a comunicar. Pero está bien igual. Mucha gente lo hace. Escribir es una manera de pensar. La catarsis está bien, pero que sea un libro hermoso estéticamente. Que sea un libro bello. Yo no escribiría si pensara que lo que hago fuera informativo, catártico, o educativo. No me interesa. Me interesa esa explosión poética, aunque los contenidos sean duros. Este es un mundo muy duro, ¿no? Pienso que no hay imaginación capaz de llegar a la crueldad del mundo como es. Podés ir hasta cualquier lugar y no te vas a quedar corto. Vivimos en un mundo espantoso. Que no seamos conscientes, por sobrevivencia, no quiere decir que lo que está pasando no exista. A veces me dicen que soy cruel, y no: el mundo es mucho más cruel. En este momento están muriendo niños de hambre en varios lugares de América Latina. En Uruguay capaz que no, pero viven en la miseria. Eso es algo que siempre me propuse: no ser más falsamente piadoso de lo que es la realidad. El mundo es así. Vamos a no comernos los mocos.

 

Otros autores, con ese pensamiento, han optado por una literatura de denuncia, militante, casi marxista. ¿Nunca te lo planteaste? Porque hasta por una cuestión generacional estás vinculado a ellos...

 

Yo soy una persona de izquierda. No soy anarquista, voto. Pero eso es un acto social, público. Después está la realidad, que no tiene nada que ver con las promesas, o con el futuro. Cuando el futuro sea precioso, yo lo voy a reflejar. Por ahora no lo es, está muy lejos. Para mí son coartadas. Si vos querés consolarte pensando en el futuro luminoso, te estás escapando del problema. Ahora pasa esto. El futuro luminoso ya nos iluminará, lo veremos, festejaremos, pero por ahora no existe. Para mí es uno de los tantos caballos a los que te podés subir para escapar de la realidad. Yo no considero que sea ético en última instancia. Te voy a hablar de cómo veo las cosas yo. Lo que sea en el futuro es otro tema. Porque si no nos estamos consolando.

 

¿Existe una ética del escritor?

 

La obra tiene que ser ética en cuanto a su sinceridad. Y tiene que ser ética en cuanto a que pusiste lo mejor. Que agarraste y pusiste toda la carne en el asador, y te rompiste el alma para hacerlo posible. Eso es compromiso. Creo que los libros de autoayuda no son éticos. Todo lo contrario, están engañando deliberadamente, en la mayoría de los casos, al público. Están vendiendo obeliscos. Son tan falsos como la publicidad. Vos tenés un deber con el lector, que es darle el mejor libro que podés escribir. Y contar sinceramente, con todas las exageraciones, deformaciones y cosas que no van a complacer al público, sino a la obra de arte. Tenés la obligación de dar tu versión de las cosas, que no necesariamente es la verdad. Y sin autocomplacencias, porque es muy fácil agarrar por el lado, tan uruguayo, del "todos somos buenos". Esas películas de uruguayos que en el fondo son buenos tipos... No estoy muy seguro. Ni los uruguayos, ni los argentinos, ni nadie. Es partir siempre de falsas premisas. ¿Cuál es tu experiencia, qué viste, qué viviste? Hablame de lo que viste vos, de tu experiencia real, diferenciala de tus esperanzas y tus proyectos.

 

Y por más que el futuro sea realmente luminoso, hay otra lectura de tu obra, que habla de la oscuridad intrínseca, de la locura. Aunque el futuro, mañana mismo, sea luminoso, la locura va a seguir existiendo...

 

La mía sí (Risas).

 

¿Y es contagiosa?

 

No, para nada. Desgraciadamente no. La gente se precave muy bien, por suerte. Sí. Es uno de mis temas. Se ve que es una de mis preocupaciones. A esta altura aprendí que se vuelve loco quien puede y no quien quiere. Yo soy un sencillo neurótico.

 

¿Pero te preocupa volverte loco?

 

Me preocupó muchos años, sí. Ahora ya no la tengo, porque la vida ya pasó mucho. Y de alguna manera sigue siendo mi tema porque soy una persona conflictuada, entonces me cuestan las cosas. La vida cotidiana... Soy bastante disfuncional y tengo que convivir con eso. Fijate que, si en Uruguay, decidís ser algo tan loco como escritor, ya se da que estás muy solo, entonces esa "anormalidad", de alguna manera, te pone en un lugar que no ayuda a la tranquilidad interior. Estás laburando con tus problemas, y desde una posición donde sos sumamente vulnerable. No sos nadie. Sos un escritor. Y no un escritor edificante, integrado ni partidario, que habla de un futuro luminoso. Es difícil, desde esa posición, conservar el equilibrio. Yo lo conservé. Con altibajos, pero lo conservé siempre.

 

¿Hubo pares que cayeron en el camino?

 

No. Lo que vi fue renuncias. Mi amigo Mario Levrero no era un caso de cordura estricta, pero él se manejó siempre como pudo. A veces mejor, a veces peor. A su manera. Pero vi otros casos de gente que no soportó la presión, o buscó apoyo... Esa es una de las cosas tristes que pasan en Uruguay. En lugar de hacer la tuya, como estás tan solo y es tan difícil, empezás a buscar gente, desde un partido hasta un grupo, una bandita, y escribís para ese partido, para ese grupo, esa bandita. Es la búsqueda de la aprobación, porque económicamente estás mal, socialmente estás desclasado, inadaptado. Entonces te validás en ese grupo, y cuando pasa eso perdés mucho como escritor. He visto muchos casos. O gente que sencillamente renuncia. Tipos que han escrito uno, dos libros muy buenos, y después tiraron la toalla. El medio es muy hostil. Hay países donde te editan, te protegen, está bueno. No sé si es perfecto, pero pienso que es mejor que te ayuden a que no. Y Uruguay es el otro extremo, es salvaje. Preguntan por qué tenemos la mortandad tan alta por suicidios, o por qué la gente se va. Porque Uruguay no te da nada: te quita. Yo entiendo por qué la gente se anida en un lugar, o deja: porque es muy duro. Ahora, si vos estás convencido, lo seguís haciendo igual. Conozco mucha gente muy talentosa que sigue para adelante.

 

Decís que se busca el grupo, la pertenencia, y veo que la cultura uruguaya es muy endogámica... ¿Siempre fue igual?

 

A mí siempre me sorprendió eso. Los amigos escritores me los hice con el tiempo. Y, para mí, son más amigos que escritores. Son pocos. Yo escribí solo toda mi vida. Me hice amigo de Mario, que fue el único amigo escritor que tenía hasta hace algún tiempo. Pero es cierto, es súper endogámica la cultura. Por eso mismo, porque es difícil soportar la soledad. Tenés poetas que se reúnen, y son los mismos poetas que se leen entre ellos, los músicos hacen música para ellos y entre ellos. Es una manera de hacer algo, de protegerse, y la entiendo. Ahora, cuando eso te transforma, y en realidad estás escribiendo para ese grupito, para esa familia, se pudre todo. Vos tenés que pensar en otra cosa, no en eso. ¡Competí con Dostoievski! Porque si no, no crecés. Nadie te dice "mirá, esto es una cagada". Es siempre la aceptación, la palmada. Yo siempre tuve amigos, pocos, a los que les di mis cosas para que las hicieran paté. Esa era la condición.

 

¿Siguen siendo amigos?

 

Muy amigos. Uno era Mario. Conmigo era sumamente impiadoso. Tengo un amigo que dejó de escribir. Súper talentoso. Y no encontró dónde publicar. Yo trato de darle manija a la gente joven, que aguante. Si vos aguantás, tarde o temprano las cosas ocurren. Si sos bueno te van a publicar. No tenés que darle pelota a nadie...

 

¿Siempre pensaste de esa forma o te volviste optimista con el tiempo?

 

Siempre pensé más o menos eso. Toda la vida fui muy optimista en el sentido de pensar que, si hacés un buen laburo, algo va a pasar. Lo experimenté en carne propia cuando empecé a publicar hace unos años. Igual no pasa mucho, porque estamos en Uruguay, y no podés pedir milagros. Pero si tenés 30 lectores que no son tus amigos, ya es importante. Eso te ayuda. No te vas a hacer rico ni salir de pobre, pero vas a cumplir con tu vocación.

 

¿Te cambió la perspectiva empezar a publicar en el exterior, darte cuenta de que no escribías solo para el público local, de la aldea?

 

No, no. Fue el público de la aldea el que permitió que pasaran estas cosas. Mis libros se venden. Poquito, como es lógico en Uruguay, pero no poquito para Uruguay. Y porque pasó eso pasa lo otro. No podés esperar que, de entrada, te publiquen en otro país, si no te publicaron en el tuyo... Yo tengo 63 años, y estas cosas me vienen pasando en los últimos tres... Hasta los 60 años solo publicaba acá, y estaba chocho.

 

Bukowski decía algo así, que la vida empezaba a los 60, que es cuando le empezó a ir bien a él...

 

Claro. Él es un caso claro. Escribía su poesía, sus narraciones, hasta que un día se destapó el tarro. Se podría haber muerto perfectamente sin que pasara nada. Por suerte le pasó en vida y le fue bien los últimos años, después de estar en bancarrota total. Si vos lo que querés es fama y dinero, dedicate a otra cosa. La literatura es uno de los medios más difíciles. Es vocación y paciencia.

 

¿Hasta cuándo pensás seguir escribiendo?

 

¡Mientras me dé la cabeza! Muchas veces me he dicho "che, terminala con esto", pero sigo...

 

¿Es placentero para vos escribir?

 

Adrenalina pura. Se sufre, pero la adrenalina te da vida. Capaz que algún día escribo para mí. Si saco un cuentito por año me considero satisfecho, mientras considere que es digno de publicarse. Pero escribir, para mí, es una costumbre, un hábito cotidiano. Es muy difícil dejar. Todos nos lo proponemos en algún momento, pero nunca me lo planteé seriamente.

 

¿Te releés?

 

Sí. Me releo para ver quién soy.

 

¿Y quién sos?

 

Un loco de mierda... (Risas)

 

 

 

Jorge Costigliolo

Fotos de Joaquín Fernández / Montevideo Portal

 

*Entrevista publicada con anterioridad en Montevideo Portal

jcostigliolo@montevideo.com.uy

blog - https://costigliolo.wordpress.com

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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M Ú S I C A

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C I N E

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Te fue bárbaro en la vida y hasta te sobra el dinero para ahorrar. Vas de la casa al trabajo, llevás a tu hija a la escuela, lavás el auto, te reunís con amigos, comprás cosas, tenés tus merecidas vacaciones. Si te la bancás, está todo bien.

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i n t r u s o s

/ e l  d a t o

s u s t a n c i a l 

d e  l a  v i d a

p r i v a d a

 

 

El espacio público y el espacio privado. La máscara que queremos que la sociedad vea de nosotros y la zona que mantenemos oculta.

De pronto, el conductor del programa de chimentos le formula una pregunta comprometedora a la figura mediática del momento, y ella indignada le contesta: “ahí te estás metiendo en mi vida privada”. Y las palabras mágicas actúan como un freno.

El periodista hará un rodeo para tratar de averiguar lo que quiere saber, pero en principio se repliega. Los televidentes asentirán para sus adentros como admitiendo que la actriz tiene razón, que no hay derecho a meterse con su privacidad, y cada uno de nosotros entenderá si alguien nos para el carro usando esa frase, cuando quisimos hurgar en la vida de ese alguien más de la cuenta. Es automático. Se trata de un lugar común que de tan repetido, nadie discute. A la vida privada hay que dejarla privada porque evidentemente, allí hay cosas que es mejor no mostrar.

Si en ese espacio oculto está la verdad de cada uno, si introduciéndonos en esa región se descubren elementos que hacen tambalear la imagen construida para los demás, es lógico que todo el mundo quiera enterarse que las personas de éxito y prestigio, están hechas de las mismas debilidades que nosotros, que vivimos a la vuelta del almacén de doña Rosita.

En eso se basa la popularidad de los programas de chimentos: por un lado, en el placer que produce mirar por detrás de la cortina para llenar nuestras horas de ocio, y por otro, en el alivio acaso inconsciente que proporciona saber que todos estamos cortados por la misma tijera, que a pesar del éxito de ellos y la medianía propia, podemos por un instante ponernos en un plano de equidad.

Pero no todo es perversión y autoconsolación. En ocasiones, cierto dato oculto de la vida de un artista interesa conocerlo porque es pieza clave para armar su rompecabezas personal o para entender algún proceso creativo.

Un músico que por ejemplo, venía componiendo una obra introspectiva y con una cierta mirada escéptica, sufre un accidente automovilístico y su vida cambia, y ese cambio se refleja en su próximo disco y en todos los que vinieron después. Sus canciones comienzan a ser cada vez más vitalistas y menos oscuras y es natural que un periodista quiera saber qué pasó, que sucedió en el interior del artista para que su postura vital realice un giro de 180 grados. ¿Estar cerca de la muerte hace cambiar la perspectiva?

Hay quien piensa que lo importante de un artista es su obra y no su vida personal, pero si sé que Charles Dickens tuvo que salir a trabajar a la temprana edad de once años, también sé que algo de eso debe colarse en sus cuentos y en su manera de escribir, como para redoblar el interés por su lectura. Si se tiene conocimiento que los padres de Edgar Allan Poe murieron cuando él tenía 2 años y que de adulto se entregó al juego y el alcohol, parece notorio que algo de lo primero debe haber influido en lo segundo y que mucho de todo eso llegó a filtrarse en las historias macabras que escribió.

¿Qué influencia pudo tener en la labor artística de Edith Piaf, haber sido alimentada con mamaderas de leche mezcladas con vino para que se durmiera rápidamente estando recién nacida? ¿Cómo incidió en sus canciones haberse embarcado en arriesgadas misiones para liberar a compatriotas detenidos por el nazismo cuando se hallaba en la cúspide de la fama?

¿Un cuadro de Vincent Van Gogh es solo lo que ven nuestros ojos maravillados, o puede incluir pinceladas de la única pintura que logró vender en toda su vida? ¿Habrá en ellos alguna tonalidad que sugiera la dependencia económica que tenía con su hermano y los consecuentes sentimientos de fracaso y frustración que se apoderaron de él?

Cuenta la anécdota que un hombre entró en una galería de arte que estaba cerca del lugar adonde se dirigía, solo para hacer tiempo. Uno por uno miró los cerca de cuarenta óleos de la exposición y al salir, se detuvo a leer lo que había ignorado al ingresar: la biografía del autor de los cuadros que estaba colocada sobre un atril. En lo que leyó algo le interesó tanto tanto, que decidió ingresar nuevamente a la sala para volver a ver la muestra. Ahora, seguramente, con otros ojos.

 

Leonardo Scampini

 

*Publicado en alguna edición del suplemento Quinto día del diario El Telégrafo, Paysandú.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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Susana Páez nació en Montevideo en enero de 1960. Escribe a modo de catarsis desde que aprendió a tomar un lápiz. De profesión Maestra, ejerció en escuelas públicas de la periferia montevideana hasta 2013. Actualmente jubilada, debido a severas y reiteradas crisis depresivas, continúa escribiendo en su muro de Facebook, en blogs que va abandonando en la red y en revistas digitales, como DZL, donde también se desempeñó como correctora.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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Marcelo Carretto. El 15 de marzo de 1969 mi madre me daba a luz en la ciudad de Montevideo justo el día de mi cumpleaños. Soy egresado de la primera generación del Centro de Diseño Industrial (hoy EUCD) y el Instituto Escuela Nacional de Bellas Artes, siendo actualmente docente en ambas instituciones. En 1991 con algunos compañeros creamos el estudio Diseño Básico en el cual trabajo hasta la fecha, desarrollando estrategias de diseño, comunicación visual y comercialización. Leer más: https://listt.webnode.es/imagen/

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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Jorge Costigliolo quiso ser astrónomo y abogado, pero escribir fue lo mejor que pudo hacer sin estudiar demasiado. Editó una revista en la escuela, tuvo sus propios fanzines y colaboró con suplementos de diarios, semanarios, revistas y e-zines. Desde 2007 forma parte del equipo periodístico de Montevideo Portal. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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CLIMA DE AULA :

UN ENFOQUE

NEUROEDUCATIVO

 

Los estudiantes comentan y hasta a veces también lo hacen sus padres, que un gran porcentaje de docentes de secundaria llegan a clase como si su misión solo consistiera en cumplir un horario haciendo lo que se aprendió a hacer de manera rutinaria. Luego no es de extrañar que los jóvenes no se sientan atraídos por el conocimiento, que no se encienda en ellos el motor de la curiosidad, que no sientan placer por aprender.

Hay un montón de herramientas pedagógicas que se vienen poniendo en práctica en pequeños espacios educativos desde comienzos del siglo veinte, que podrían brindar su aporte para que en la clase se produzca el mejor de los climas, y hay también, una cantidad de estrategias educativas puestas en práctica por la neurociencia que han probado dar buenos resultados.

Esta disciplina se dedica principalmente al estudio del cerebro, sus funciones, y la localización de las mismas, y propone una organización cerebral tripartita: la zona reptiliana en la base, la emocional o paleomamífera en el centro, y la neocorteza superior. Cada una de estas partes regula funciones que van desde las más primitivas (respiración, temperatura) a las más complejas (lenguaje, pensamiento, imaginación) y son responsables por lo general, de exteriorizaciones de conductas propias, como si el cerebro se expresara también por partes en vez de como un todo.

De igual modo sucede con las dos grandes regiones cerebrales que a derecha e izquierda se hacen cargo de funciones artísticas y científicas respectivamente: sus manifestaciones parecieran provenir de una especie de yo hemisferial cuando lo que correspondería es que el cerebro enviara hacia afuera señales coordinadas de sus interioridades regionales. La parte lógica debería trabajar de manera asociada con la imaginativa, y la zona más primitiva ir de la mano con la más reciente, de manera dúctil y creativa.

El aprendizaje desde la mirada neurocientífica, sirve para algo más que la adquisición de conocimientos: permite la adaptación del individuo a cada nueva información que recibe. Tal adaptación hilvana comportamientos nuevos que a su vez contribuyen a alcanzar el estado de bienestar en diferentes áreas de desarrollo. No obstante, vivimos en una cultura donde el ser humano tiende a recoger un punto de vista para analizar la realidad que le proporciona un marco de referencia para andar en la vida, y de allí no se mueve ni constatando que lo que se propone hacer casi nunca le sale del todo bien. Prefiere seguir fracasando pero con la seguridad de estar parado sobre un punto de vista conocido.

Contribuir a ese sentido de adaptación para flexibilizar la mente, y a esa visión integral de las funciones para trabajar en favor de un ser holístico, es tarea educativa.

 

Los procedimientos pedagógicos de que se valen las neurociencias, van en esa dirección de integrar funciones y tornar maleable la mente en el nivel macro, para que en el nivel micro disminuyan los problemas de disciplina y se genere motivación y positividad en los jóvenes, colaborando a crear el clima de aula necesario para aprender placenteramente las cosas del mundo exterior y las del interior también.

Recursos didácticos como el tiempo semanal de lectura individual y simultánea en clase, realizada en silencio y con posterior realización de resúmenes, dibujos y esquemas sugeridos por esas lecturas, coadyuvan a aprender a escuchar e interesarse por el mundo del otro, además de generar empatía y respeto por los demás.

El modo de plantear los temas es otro recurso que hace la diferencia. Si los primeros minutos de clase son destinados a brindar de manera rápida los contenidos más importantes del asunto a estudiar, se puede encender el interés del alumno y desde allí, ir desarrollando el tema en bloques de 10 minutos que incluyan una reflexión colectiva al final de cada uno de ellos. La actitud del profesor también es importante para despabilar al estudiante: moverse por el aula mientras da su materia y cambiar los tonos de voz, provocan contrastes que consiguen llamar la atención.

Suena alocado para nuestras rígidas costumbres de estudiantes en bancos fijos, la posibilidad de comenzar una clase con ejercicios corporales. Está probado sin embargo, que la actividad física mejora el aprendizaje y el estado de ánimo, reduce el estrés, aporta oxígeno al cerebro, y genera la respuesta de neurotransmisores como la noradrenalina y la dopamina, que intervienen en los procesos atencionales.

Para la memoria es bueno repetir conceptos, volver sobre temas ya visitados, haciéndolos irrumpir de manera espontánea y azuzando a los alumnos para obligar a que el recuerdo aflore.

El arte es otra herramienta interesante para usar en clase que involucra a varias regiones cerebrales. Se ha comprobado que la práctica musical genera mejoras en geometría, y tanto el teatro como el baile, son útiles para desarrollar habilidades socioemocionales como la empatía y el autocontrol.

Si lo que se busca es estimular la curiosidad, mejorar la autoestima y la memoria de trabajo, en el terreno lúdico se pueden obtener buenos resultados. Investigaciones realizadas han demostrado que hasta jugando los tan negados vídeo juegos durante dieciséis horas al mes, se mejora la coordinación entre regiones cerebrales, la comprensión verbal y la percepción visual.

Es bueno no perder de vista, que estrategias como las del teatro, el baile, el juego y la actividad física, requieren del trabajo en equipo, algo propio de la especie humana. Somos seres sociales y desde la actividad conjunta nos hemos ido haciendo porque como dijo Lev Vygotsky, “la verdadera dirección del desarrollo del pensamiento no es de lo individual a lo social, sino de lo social a lo individual”.

Las neurociencias refrendan experimentalmente este concepto, a través dos descubrimientos esenciales. El primero es el de la neuronas espejo que según el docente español Jesús Guillén “permiten explicar cómo se transmitió la cultura a través del aprendizaje por imitación y el desarrollo de la empatía”; y el segundo tiene que ver con la verificada liberación de dopamina mientras se participa en tareas colaborativas, lo que reduce la ansiedad y favorece la memoria a largo plazo.

 

Leonardo Scampini

 

*Publicado con anterioridad en el diario El Telégrafo, Paysandú.